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¿Qué dice tu cerebro de ti?
Seguramente alguna vez habrás escuchado que la personalidad, se aloja en el cerebro. Bueno, al respecto se podría pensar que esta frase es totalmente cierta dado que para llegar a esta afirmación, se han invertido muchos años de investigación, esfuerzo y dinero pero, quizá Phineas Gage nos diría que eso no se compara con lo que a él le costo poder llegar a este descubrimiento.
¿PHINEAS QUÉ?
Phineas Gage, era un hombre que se dedicaba a la obra ferrocarrilera, hasta que un día cuando se encontraba volando rocas en una construcción, tuvo un accidente. Él trabajaba con las rocas preparando “las detonaciones perforando un agujero en la roca, añadiendo explosivos, un detonador y arena, para terminar compactando esta carga con una barra de hierro” (Bigelow, 1850).
Phineas, cumplía con su trabajo cuando “alrededor de las 16:30 horas, llegó un momento en el cual (posiblemente porque se le olvidara añadir la arena), se creó una chispa al contacto entre el hierro y la roca, misma que provocaría la explosión de la pólvora, expeliendo la barra fuera del agujero”.
¿Y LUEGO?
Lo impactante fue que la barra atravesó el cráneo de Phineas, midiendo esta “alrededor de 1,1 m de longitud (3 pies y siete pulgadas) y 3,2 cm de diámetro (1 y 1/4 pulgadas)”
Cabe mencionar que Phineas vivió de 1823 a 1861, esto resulta relevante pues pese a la medicina disponible en aquél entonces, Gage logró sobrevivir y se mantuvo consciente durante todo su proceso de recuperación, el cual fue realizado por por el Dr. Harlow.
No obstante, lo trágico llegó después de la fase aguda de la recuperación puesto que el lóbulo frontal quedó afectado, lo cual provocó que, en palabras de el Dr. Harlow, ”el equilibrio entre su facultad intelectual y sus propensiones animales se había destruido».
Contrario al obrero responsable y confiable que solía ser, Phineas “se volvió irregular, irreverente, blasfemo e impaciente. A veces era obstinado cuando le llevaban la contraria, pero pese a que continuamente estaba pensando en planes futuros” solía abandonarlos mucho antes de prepararlos.
¿LA LECCIÓN?
Gracias a este suceso, se logró explicar el funcionamiento del lóbulo frontal en cuanto a sus implicaciones con la formación de la personalidad; de las emociones, funciones ejecutivas y cogniciones complejas. Gage murió a los 38 años de edad a causa de crisis epilépticas, sin embargo su caso ha trascendido a lo largo de la historia de la neuropsicología.
Ahora ya conocemos un poco más sobre un área crucial en el cerebro para la formación de la personalidad, así como de nuestras funciones ejecutivas.¡Hasta la Próxima!
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